Frases

“No se cambian las cosas combatiendo la realidad actual. Para cambiar algo, es necesario crear un nuevo modelo, uno distinto que haga que el actual modelo quede obsoleto".

Richard Buckminster Fuller

miércoles, 6 de julio de 2011

Nuevos ABC1

Leí en Facebook el siguiente post: 
Pucha, si yo fuera ABC1, no estaría más angustiá que cojo en la cuerda floja; mi mayor preocupación sería que la rota de la Titi Arregorrustiarregoreitia no me haya devuelto el saludo en el Jumbo...
, ante lo cual dejé el siguiente comentario:  que paradójico, ¿no?”. 

Paradójico, pues se supone que siendo rico se debiera estar libre de preocupaciones…
…cuek!


Luego, me quedé pensando, ¿y qué significa ser ABC1? 

Para comenzar, habría que aclarar que la “etiqueta” viene del la Clasificación denominada “Nivel Socio Económico”, cuya metodología se funda en base a dos variables:
– El nivel de educación alcanzado por una familia.
– La cantidad de Bienes que existen en el hogar.


Ambas variables se combinan en una “Matriz de Clasificación Socio-Económica”,  la que determina el NSE de cada familia de acuerdo a las combinaciones entre ambas variables. Así, se generan 6 grupos:

– ABC1 = Muy Alto y Alto
– C2      = Medio-Alto 
– C3      = Medio
– D        = Medio-Bajo  

– E        =  Bajo        
– F        =  Extrema Pobreza

Así, en términos absolutos, quienes caen dentro del segmento ABC1, son todos aquellos hogares cuyo Ingreso base es de $1.700.000, de 10 de los bienes de la matriz, poseen 9,2, y el principal sostenedor, tiene formación Universitaria Completa.

Ahora, pareciera que todos (o la gran mayoría al menos) aspiran, anhelan, desean, o lisa y llanamente quisieran ser ABC1, como encontrando en ello la felicidad, alegría y término a sus problemas.
Lo paradójico, tal como señalé en mi comentario en FB, es que conociendo a muchísimos  ABC1, varios de ellos tiene los mismos, e incluso mayores problemas que quienes son C2, C3, D, E, o F.
A lo que voy con eso, es que tener el juicio que la felicidad se consigue teniendo más dinero, bienes, o status, es un juicio absolutamente infundado.

La infelicidad y las preocupaciones nacen primero, de las falsas expectativas (creer que el dinero trae la felicidad, es una falsa expectativa también). Segundo, de las comparaciones. Tercero, por el estado emocional en el que la persona vive, en el Miedo, en vez del agradecimiento y la Confianza. Y en cuarto lugar, y más importante aun, de no conocerse a sí mismo, por lo que se lleva buscar fuera de uno, en lo externo, en lo material, en la aprobación de otros, lo que una persona no es capaz de encontrar en sí misma, dentro de ella.

Entonces, qué pasaría si creáramos una nueva clasificación Socio-Económica, tomando como economía, no la economía financiera o material, sino la economía del SER, aquella que mide mi riqueza como ser humano y como Ser Espiritual.

Para eso, así como para el NSE tradicional se tienen dos variables principales: la cantidad de bienes y el Nivel de Estudios, en este nuevo Nivel Humano-Espiritual, podríamos tener dos variables:
- La calidad de nuestros pensamientos y, 
- El Nivel de Conciencia Personal.


La Calidad de Nuestros Pensamientos (CNP) se mediría por cuantos pensamientos positivos v/s pensamientos negativos tengo durante el día.

El Nivel de Conciencia Personal (NCP) se mediría por cuánto me conozco a mí mismo  más allá de cualquier etiqueta y rol, por cuánto dependo del juicio de los demás, por cuánto dependo de lo externo.

Entonces, para ser un ABC1 de este nuevo modelo, habría que tener:

-           - 2,9 de CNP como mínimo (3 pensamientos positivos por 1 negativo)
-           - 90% de NCP como mínimo (es decir, de cada 10 cosas que me pasan, 9 las hago, ejecuto, resuelvo, etc, en plena conciencia, sin hacer responsables ni culpables a otros o lo externo).

        PD: Esto estaría totalmente ligado a lo que hablo en este artículo


viernes, 1 de julio de 2011

Coaching y el Estado Emocional de la Espiritualidad y el Paraíso

En mi actividad como coach profesional, ya sea para ejercer coaching personal, ejecutivo, y/o  de equipos, hay una matriz que personalmente me ha servido mucho para instalar la importancia de observar los estados emocionales o de ánimo al interior de la persona, del ejecutivo, o de los equipos. Matriz denominada por Rafael Echeverría, como de “Estados Emocionales o de Ánimo Básicos”:


 En términos prácticos, lo que muestra Echeverría, es que dependiendo del juicio que cada persona o equipo le den a un hecho en particular (facticidad o posibilidad), junto con la actitud a tomar (oposición o aceptación), determinarán el estado de ánimo en el que se encuentran.
La clave y la importancia de identificar el estado emocional, es que éste dará cierta explicación sobre el hecho, lo que obviamente implicará en cierta decisión para ejecutar la consecuente acción, la cual finalmente, llevará a conseguir cierto resultado. Y un resultado, a partir de un estado de ánimo basado en la Resignación, es muy distinto a uno que nace desde las Ganas.
Así, cada estado de ánimo nos hace ver las circunstancias, las situaciones, e incluso la vida, de una manera muy diferente. Esto está directamente relacionado con la distinción entre “Fenómeno y Explicación”: la situación o el hecho puntual, son el fenómeno; la interpretación que se da a partir del estado de ánimo sobre el fenómeno, es la explicación; y cada explicación, lleva a tomar una decisión congruente con ella, y como ya lo señalé anteriormente, termina en cierto resultado.
Una vez, también escuché decir a Echeverría que el juicio de “no puede cambiar” se asocia a hechos del pasado, y que el de “sí puede cambiar”, al futuro, y que quienes se quedan “pegados” en el pasado, o quienes ven que las cosas pueden cambiar en el futuro, pero no lo ven posible por “x” motivos, quedan sumergidos en el sufrimiento.
Sin embargo, mi objetivo no es hablar sobre esta matriz, sino mostrar el desarrollo al que llegué a partir de ella, dada mi experiencia ejerciendo Coaching, junto con el camino espiritual que vengo desarrollando hace varios años, más mi experiencia como estudiante en la Universidad Espiritual Brahma Kumaris. 

Así, cree la matriz que he denominado: “Estado Emocional de la Espiritualidad y Paraíso”


Mi experiencia me ha demostrado, que la forma más eficiente para que una persona, un ejecutivo (quien en sí es por sobretodo una persona), un equipo, o una organización, más que cambiar, se transformen, es vivir desde la Confianza.

En este sentido, quienes me conocen directamente, o quienes han trabajado conmigo, saben que mi “Para qué” en la vida, es cambiar el estado emocional en el que vivimos: del Miedo, que nos lleva al Control, al la Confianza, que nace de la Gratitud, pues estoy convencido, con un 100% de certeza, que si viviéramos en la Confianza y la Gratitud, estaríamos en el Paraíso Terrenal.
Y por Paraíso me refiero a ese “lugar” donde más que hacer, Somos. Donde, no vivimos preocupados del futuro, ni menos nos quedamos apegados al pasado, pues entendemos que lo único que tenemos, es el Presente, viviendo desde la Gratitud, y por ende, permitiendo vivir en una gran Confianza: motor principal para coordinar acciones.

Y por Espiritualidad, me refiero al estilo de vida que me conecta permanentemente con mi SER, con mi Verdadera Identidad: Un Ser de Energíay Luz que en esencia, ya es Paz y Felicidad, y que entiende que está experimentando una experiencia terrenal.

Entonces, con todos los antecedentes anteriores, ¿cómo llegué a esta matriz?   

Por una parte, simplemente porque me di cuenta que las personas vivimos, o en el Pasado, o en el Futuro, “bypassiando” continuamente al Presente, básicamente, porque nos aferramos a lo conocido, a lo que ya sabemos, no nos permitimos cometer errores, porque se nos castiga, matando con eso la creatividad y la innovación. Además, no soltamos las historias tristes que nos hacen girar en el círculo vicioso del resentimiento, e incluso nos apegamos a los momentos  alegres del pasado soliendo decir, “todo tiempo pasado fue mejor”, creando un sufrimiento paralizador grave.

Además, tratamos de diseñar el futuro a partir de lo realizado en el pasado, esperando obtener resultados diferentes haciendo lo mismo, o sumergidos en una resignación profunda, solemos preguntar, “para qué vamos a cambiar, si siempre lo hemos hecho así”, cerrando cualquier posibilidad de mejorar, innovar, o crear, y nunca estamos AQUÍ y AHORA, en el Presente.

En ambos casos, para mí, la Emocionalidad subyacente principal bajo el Resentimiento y la Resignación, es el Miedo, el cual nos lleva a querer controlarlo todo.

Por otra parte, cuando en las sesiones de Coaching hago la pregunta, “¿Quién eres?”, suelo recibir como respuesta: “Soy esposo(a), padre, madre, ingeniero, gerente, hermano(a) mayor,  soy el presidente del club social del cual soy socio, soy muy deportista, músico, amigo(a), amante, etc.

Si se dan cuenta, solo se ha indicado lo que se hace, o los roles que se ejercen, y en ningún momento, se indica quien realmente se ES, ni cuál es su esencia como SER, sino por el contrario, crean un sinfín de falsas identidades en la cuales las personas se “pierden”.

Es aquí donde entra la Espiritualidad; como ya dije, la que nos lleva a conectarnos con nuestra Verdadera Identidad, y que al parecer, hemos olvidado, lo que nos hace creer que “somos” los distintos roles terrenales que adoptamos.

Así entonces, a la matriz original de Echeverría, agregué tres columnas externas, una columna interna, y una fila más.

La Fila incorporada, representa el Tiempo, donde conecto lo dicho por Echeverría, donde el juicio de facticidad estaría asociado al pasado, y el de posibilidad, al futuro, agregando también, al Presente, que también me permite asociarlo con la Columna Interior incorporada “Confianza”.

Las flechas que apuntan hacia el Resentimiento y la Resignación, simbolizan el alejamiento o la falta de Confianza cuando se está en alguno de esos estados, donde establezco que la emocionalidad subyacente en ambos, es el Miedo.  Y, por el contrario, las flechas que apuntan hacia la Confianza, representan el acercamiento o existencia de la Confianza, tanto en los estados de Paz, como de Determinación (Ganas/Ambición), cuya emocionalidad subyacente es la Gratitud.

La primera Columna Exterior, de derecha a izquierda, representa el Rol o Papel que toma una persona cuando está en alguno de los estados emocionales básicos, donde determino que tanto quienes viven en el Resentimiento o la Resignación, adoptan el Rol de Víctimas, o en términos del “Paraíso”, el de Mendigo.  En el caso de vivir en la Paz o la Determinación, el Rol a adoptar el es de Protagonista, o de Soberano en términos del “Paraíso”.

La segunda Columna, representa la Actitud hacia el logro de la persona. La “Exigencia hacia la Tortura”, es cuando el esfuerzo que demando de otros y de mí mismo, no visualiza las reales capacidades, motivaciones, y el amor por lo que se hace, transformando la exigencia en una tortura. En cambio, la “Exigencia hacia la Excelencia”, es aquella cuando todo esfuerzo demandado se sustenta en el uso de las fortalezas personales, y por sobretodo, el amor por lo que se hace. Claramente, la primera formaría parte del “Infierno”, y la segunda del “Paraíso”.

Finalmente, la tercera columna, representa la mentalidad de una persona, equipo, u organización. Sea cual sea el caso, vivir en el Paraíso o en el Infierno, es una forma de vivir la vida. Todo aquello en cuanto nos cause sufrimiento y pesar, y nos saque de nuestra esencia de ser Seres de Paz y Felicidad, podríamos decir, es vivir en el Infierno Terrenal. En cambio, cuando los problemas, pérdidas y dolores los vivimos desde Confianza, que viene de la Gratitud, nos permitirá elegir ser Protagonistas y Soberanos de nuestras vidas, siendo exigentes en el uso de los recursos, competencias y habilidades personales y colectivas que se tengan, para lograr la excelencia, llevándonos a vivir en un Paraíso Terrenal.

En definitiva, el Paraíso se puede vivir ¡hoy!, aquí, en el Presente, cuando estamos agradecidos por la vida, viviendo en Confianza, valorando y aprendiendo del pasado, y siendo así, en el Presente, espejo para el futuro, y utilizando el Miedo a nuestro favor, como el gran indicador de potenciales amenazas, y no como el gran paralizador de nuestras vidas.

El Paraíso Terrenal implica un cambio de paradigma, implica integrar, apreciar, valorar, agradecer, y por sobretodo, tomar noción de nuestra Verdadera Identidad.