Frases

“No se cambian las cosas combatiendo la realidad actual. Para cambiar algo, es necesario crear un nuevo modelo, uno distinto que haga que el actual modelo quede obsoleto".

Richard Buckminster Fuller

domingo, 23 de marzo de 2014

La Creencias que Esclavizan




Uno de los temas que más he venido desarrollando durante los últimos 7 años, es el de las creencias, pues éstas son el filtro con el que vemos la realidad, y por lo tanto, nos llevan a abrir o cerrar posibilidades. 
En esta oportunidad, quiero poner todo el foco en aquellas creencias que cierran posibilidades, y peor aun, que esclavizan a la gente y las hacen vivir bajo su poder y autoridad.


Comenzaré ilustrando a qué me refiero con Creencias Esclavizantes con el siguiente relato que leí de Robert Diltz, experto en cambiar creencias:


Un hombre, absolutamente seguro de creer ser un cadáver, no comía, no iba a trabajar, y lo único que hacía, era repetir constantemente que él era un cadáver. Un psiquiatra, gracias a los familiares de este hombre, un día lo visita y luego de varios minutos de tratarlo de convencer qué no era un cadáver, finalmente le pregunta: “¿Un cadáver puede sangrar?”, No, le respondió el hombre, y agregó, “en un cadáver todos los sistemas se han detenido, por lo que no puede correr sangre tampoco”. Ante esto, el psiquiatra le propone el siguiente experimento: “Voy a pincharte un dedo, y si sangra, querrá decir entonces que no eres un cadáver”. El médico lo pinchó con una aguja, y un fluido de sangre brotó al instante. El hombre sorprendido por tal “milagro” señala, “¡vaya, resulta que los cadáveres si sangran ahora!”


Este caso me permite indicar que a pesar de las evidencias ambientales o conductuales, muchas veces la personas se aferran a su creencia, pasando a ser esclavas de ellas, y por lo tanto, cerrándose a cualquier tipo de nuevas posibilidades, pues las creencias, y especialmente las esclavizantes, es como poseyeran a la persona, pues éstas, no están basadas en un conocimiento profundo de la realidad. 

Como señala Robert Dilts, uno de mis autores preferidos, las creencias tratan de cosas que nadie puede saber realmente. 


Si bien el caso anterior es más bien humorístico, ¿cuántas personas se aferran con fuerza a su creencia esclavizante, y por lo tanto su futuro, lo ven sin posibilidades para ellos?


Tuve el caso de una cliente, que tenía la creencia esclavizante de “no mereces cosas buenas”; así, tal cual me dijo la primera vez que nos juntamos. Y, por más evidencia que ella misma veía como algo bueno, para todo tenía una explicación o excusa. Por ejemplo, cuando le pregunté si tener la sesión de coaching no era a caso algo bueno, entonces me respondió, “sí, pero no lo merezco”. "Entonces, ¿qué haces aquí conmigo?”, le pregunté; “es que no es que yo lo merezca, sino que tú eres una persona generosa capaz de recibirme”. 


Como verán, cuando algo es “bueno”, de acuerdo a su perspectiva basada en su creencia, no es por ella o para ella eso "bueno", sino que es algo externo, y si es algo malo, entonces ahí si tiene que ver con ella, porque lo "malo" sí se lo merece. 


Una vez, ella conoció a un tipo que daba todo por ella, la mimaba, la consentía, se preocupaba por sus cosas, y la ayudaba a resolver todo tipo de problemas, sin embargo, al poco tiempo, su "tirana" creencia de no merecer cosas buenas, la llevó a sospechar de él, llegando incluso a hacerle creer que el tipo tenía una obsesión por ella y que por eso tanta atención; claro, ¡solo un loco podría interesarse en ella! 
Llegó a contarme que una vez este hombre, fue a "espiarla" a su trabajo:

“¿Lo encaraste, le preguntaste qué estaba haciendo ahí?”, le pregunté. 
“No, yo lo vi desde dentro, y yo creo que él no se dio cuenta que yo lo había visto”, me respondió. 
“Entonces, ¿solo crees a verlo visto a él?”, le pregunté a continuación. 
“O sea, sí, pero estoy segura que fue él, sino quien más?” me respondió, reforzando su creencia.

¿Cuántas veces se nos cruzan personas parecidas a otras que conocemos por nuestro camino, y no nos cuestionamos si nos están "persiguiendo"? Pues claro, pues no tenemos una creencia limitante que nos lleve a pensar aquello.


La esclavizante creencia de “no merecer”, es tan dañina que lleva a que la persona encuentre sospechoso que alguien la pueda querer, y cuando aparece un ser cariñoso, amoroso, capaz de amarla en su vida, la persona con la creencia lo encuentra sospecho, pues a su juicio, no merece ser querida, y se cierra a toda posibilidad de experimentar la grandeza de estar con alguien que le ame. En términos técnicos, no se da el permiso de desafiar dicha creencia.


Por lo general, este tipo de creencia se generan en la infancia, cuando producto de una mala paternidad y/o maternidad, el niño(a) se echa la culpa de que sus padres sean así con él(ella), comenzando a generar creencias tales como:


  • No merecer: no le permite darse el permiso de sentir y vivir cosas buenas, y en cuanto a logros, no se esfuerza, pues no cree merecer alcanzar el éxito. 
  •  No ser lo suficientemente bueno: por lo tanto se conforma con cualquier cosa. 
  •  Desesperanza: impide que la persona vea solución alguna. 
  •  Impotencia: hace que la persona sienta que algo es posible, pero que no es capaz de lograrlo.

Más que hacer cambiar una creencia a alguien, el desafío es poder guiar a esa persona para que ella misma encuentre el camino para generar dicho cambio, de lo contrario, nos veremos en una situación similar a la que se enfrentó el psiquiatra con el hombre “cadáver”.

Si piensas que podrías estar teniendo alguna creencia esclavizante, como no merecer, te invito a hacerte las siguientes preguntas:


·         ¿Qué tendría que pasar para que te merecieras eso?

·         ¿Bajo qué circunstancias te lo merecerías?

·         ¿Conoces a alguien que lo merezca?

·         ¿Qué te gustaría creer, en lugar de creer que no mereces?
·         ¿Qué sería lo peor que te podría pasar si desafíaras dicha creencia?

Es importante destacar que las creencias surgen de nuestras experiencias, de ahí la importancia de atreverse a experimentar nuevas experiencias que ayuden a desafiar la creencia limitante, y por lo tanto, le permita a la persona crear una nueva creencia.