Frases

“No se cambian las cosas combatiendo la realidad actual. Para cambiar algo, es necesario crear un nuevo modelo, uno distinto que haga que el actual modelo quede obsoleto".

Richard Buckminster Fuller

jueves, 21 de enero de 2010

Haití, Obama, y los voluntarios; ¿qué tiene que ver esto con liderazgo?

Un buen amigo me solicitó mi parecer respecto a Obama y Haití, por lo que me animé a escribir mi parecer.

Como es sabido, Obama pidió a Clinton y a Bush que se encargaran de coordinar la recolección de fondos de ayuda y la distribución de estos hacia Haití. Además, EEUU tomó el control en Puerto Príncipe para evitar mayores problemas sociales como disturbios, saqueos, peleas , etc.

La situación de Haití es tan incierta y se cuenta con tan pocos recursos, que la incertidumbre es aun mayor. Y es en episodios de incertidumbre donde se requiere de personas capaz de atreverse a ejercer liderazgo.

Visto así, la medida tomada por Obama, de incorporar a Clinton y a Bush, sería una medida estratégica de liderazgo, pues ejercerlo solo es muy difícil, por lo que contar con aliados es fundamental. Sin embargo, la medida de recolección y distribución de fondos, es tan solo una respuesta Técnica a un problema Adaptativo.
Es técnica porque es lo que siempre se hace en situaciones como éstas, pero que tan solo sirven como analgésico y no dan una solución al problema de raíz, la alta pobreza y magras condiciones de vidas de los haitianos.

Como comentaba un alumno el otro día, el problema en Haití sería de tipo “Técnico-Adaptativo”, pues efectivamente, por una parte, hay medidas que se solucionan con respuestas técnicas como los son la recolección y distribución de fondos, de alimentos y de agua, y la “exportación” de personal de salud, la creación de nuevas viviendas, e incluso la adopción de niños. Y por otra parte, hay problemas que no se solucionan con este tipo de medidas, y muy por el contrario, son medidas para las cuales se deben desafiar las conductas, comportamientos, y hábitos, tanto de los haitianos, como de la comunidad mundial en general.

Si bien me declaro un ignorante respecto de las costumbres y estilo de vida del pueblo haitiano, se me ocurre pensar que el desafío adaptativo podría ser por ejemplo, ¿qué hacer para combatir de raíz la pobreza en ese país? ¿Qué hacer para generar una buena educación en Haití? ¿Qué hacer para que el país progrese? En definitiva, ¿qué hacer para empoderar a los haitianos (como dice el refrán chino, no le demos pescado a un hombre, mejor enséñale a pescar)?

Si nos damos cuenta, Obama, a mí gusto, solo a ejercido su autoridad, no liderazgo. La autoridad se ejerce para otorgar respuestas y soluciones conocidas, que en definitiva generan dependencia (dar un pescado). En cambio ejercer liderazgo implica ir más allá de lo conocido y lo probado. Implica ir contra la corriente y desafiar supuestos. Implica responsabilizar a todos en la búsqueda de una solución, e implica empoderar y generar aprendizaje (enseñar a pescar). Finalmente, implica generar un sentido de propósito común, que movilice a las personas hacia la adaptación.

Aprovecho la columna para felicitar a todos los voluntarios de todos los países, que han dejado su comodidad por entregarse a la causa. Ellos tienen un propósito personal…. ….el desafío ahora, es crear uno colectivo.

Cambios en los puestos políticos y Coaching

Dado el triunfo de Sebastián Piñera, son muchas las personas del aparato público y gubernamental que sin duda perderán sus empleos y actuales cargos, dado los puestos de confianza y de cuoteo político. Además, se habla que varios de ellos han hecho su carrera profesional al interior del sistema público en un entorno muy distinto al de quien se desarrolla en el sector privado.

Ante esto, las preguntas que más he escuchado son, ¿qué harán ahora?, ¿serán capaces de desenvolverse en empresas privadas?, ¿estarán preparados para regirse por normas distintas o por la alta competencia comercial en las que se desenvuelven las empresas privadas?

Claramente, dado este nuevo escenario, estas personas se ven frente a un gran desafío adaptativo, es decir, existe una brecha entre las aspiraciones y la realidad, para lo cual deben adaptarse o “morir”.

Los desafíos adaptativos implican cuestionar nuestras historias, hábitos, conductas, supuestos, paradigmas y formas de ser. Esto, claramente no es una tarea fácil, muy por el contrario, en la mayoría de los casos, es muy difícil, pues las personas no están acostumbradas a observarse, ni menos a desafiarse.

Así, el Coaching se presenta como una gran opción y “herramienta” para encontrar un camino y solución.

El Coaching no es una terapia, es un proceso de aprendizaje y nueva mirada, que por medio de una conversación con un Coach, el Coachee (la persona) comienza a tomar conciencia de su forma de ser y de los juicios, prejuicios y supuestos que conforman sus paradigmas y filtros mentales, y que la gran mayoría de las veces, impiden el cambio y el progreso personal, restándole poder de acción.

El Coaching es un proceso de liderazgo personal, donde el Coach hace de facilitador, acompañando al Coachee para que éste encuentre las respuestas y soluciones que más sentido le hagan a él (ella), y que le permitan encontrar el camino hacia la adaptación.

El Coach no da consejos, sino que desafía al Coachee, generalmente por medio de preguntas “poderosas” que llevan a la reflexión y a mirar las “cosas” de manera diferente, comenzando a ver posibilidades y acciones donde antes no se veían ni menos imaginaban. El aconsejar, a la larga, genera dependencia, en cambio el desafiar, genera aprendizaje y autoliderazgo.

Seguramente a estas personas les estarán dando muchos consejos de qué hacer o de cómo actuar para encontrar un empleo, una vez que los remuevan de sus actuales posiciones. Si bien los consejos pueden funcionar en ciertas ocasiones, en la práctica, éstos son soluciones “técnicas” a un problema que es adaptativo. Para graficarlo, es como querer solucionar un dolor de cabeza aconsejando tomar una aspirina, cuando en realidad, el dolor proviene de un tumor cerebral, que para combatirlo efectivamente, la persona tendría que cambiar sus hábitos de conducta.

Al igual que la empresa SALO, que no logró adaptarse a la nueva realidad que apareció con Internet, teniendo que finalizar sus actividades y cerrar, las personas si no se adaptan, también pueden “desaparecer”.

Luego, pienso que tomar sesiones de Coaching por parte de estas personas, les podría ser de mucha utilidad para lograr adaptarse a la nueva realidad que se les avecina.

martes, 12 de enero de 2010

Ontología de la Política Chilena

El domingo recién pasado, viendo “Tolerancia Cero” de Chilevisión, escuché atentamente a Lily Pérez y a Carolina Tohá, invitadas del programa y quienes cada una, desde su posición política y punto de vista, hablaban de los cambios en las prácticas políticas y en los cambios de la manera de gobernar y de hacer política.
En resumen, Lily Pérez mencionaba mucho el tema de la Unidad Nacional, y Carolina Tohá el tema de cambiar los rostros al interior de la Concertación.

Por otra parte, Juan Carlos Eichholtz, y con mayor fuerza Fernando Villegas, panelistas permanentes del programa, intentaban demostrar que es prácticamente imposible generar los cambios e ideas que ambas mencionaban, dada las fuerzas al interior de los poderes políticos de mantener las cosas tal como están. Así, Eichholtz mencionaba que si bien dos presidentes de partidos de la Concertación habían renunciado, quienes los reemplazaron son personajes de la “antigua” escuela, y que el cambio no vendrá de quien tiene el poder. Por su parte, Villegas ponían énfasis en que es utópico pensar en generar una Unidad Nacional y que con meras intenciones no es suficiente generar ese estado.

A mi juicio, estoy más de acuerdo con los panelistas que con las invitadas. ¿Por qué? Por la Coherencia Ontológica de la Política Chilena. Y con Coherencia Ontológica me refiero a la relación entre los dominios Lenguaje, Emocionalidad, y Cuerpo, sustentados por la Espiritualidad política que constituyen la forma de SER de la Política Chilena.

Si bien el Lenguaje político ha cambiado, dada la presión de cambio que la sociedad está exigiendo, el Cuerpo, la Emocionalidad, y el pilar Espiritual políticos no cambian o no han cambiado del todo, en la misma medida que el Lenguaje sí lo ha hecho.

Con Lenguaje Político me refiero a los discursos, a los mensajes, a las ideas y a la forma de expresarse lingüísticamente de los políticos. Si bien estos están siendo coherentes con lo que los cambios sociales están exigiendo, aun se mantiene el Cuerpo Político, entendiendo por Cuerpo a las estructuras y conformación de los partidos y la política en general. Es la “Maquinaria bien armada” a la que los panelistas hacían referencias. Es la forma como están establecidas las cúpulas, los dirigentes, etc.

En cuanto la Emocionalidad, a mi juicio la política chilena mantiene un estado emocional marcado por el resentimiento y la desconfianza, siendo que el “nuevo” Lenguaje requiere de una Emocionalidad basada en la CONFIANZA.

Lamentablemente para esta situación, Cuerpo y Emocionalidad van de la mano, es decir, es muy difícil cambiar uno sin cambiar el otro. La buena noticia es que si uno cambia, automáticamente el otro cambia; pero sí o sí, al menos uno de estos dos dominios debe cambiar.

Respecto de la Espiritualidad, me refiero al Sentido de Propósito Superior que mueve y motiva a la política a actuar y desempeñarse de cierta forma, el cual es el pilar o hilo conductor que sostiene a los tres dominios antes mencionados.

Luego, si bien se requiere y pretende cambiar la Coherencia Ontológica de Política Chilena, la fuerza de la Antigua Coherencia hace muy difícil el cambio, la fuerza de “atracción” de la antigua Coherencia es muy fuerte y por más que los políticos dicen querer cambiar, al final terminan volviendo a comportarse como siempre. Si bien el discurso o el Lenguaje Político quieren expresar algo, su Cuerpo y Emocionalidad nos dicen otra cosa. Es como cuando una persona nos trata de decir algo con palabras, pero su cuerpo y emocionalidad delatan su verdadera intención.

martes, 5 de enero de 2010

Cambio en el Modelo (Parte I): El Señor de la Querencia v/s Google

A mediados de diciembre, junto a una de mis socias en InsideOut, fuimos a plantear a una prestigiosa universidad del país, nuestra visión sobre por qué se debe generar un nuevo modelo de gestión al interior de las organizaciones. Si bien las personas estaban escépticas, y que varias estaban reticentes a creer que en Chile se pueda desarrollar un cambio como ese, me alegré mucho que otros pocos encontraran interesante esta nueva visión.

Así, yo exponía que El Modelo “Tradicional” de Gestión (MTG), desarrollado bajo en el Paradigma Cartesiano, donde básicamente se entiende al mundo como una suma de individualidades, es decir, es un paradigma que divide y que no integra, y que ha fomentando en los seres humanos el individualismo, llevando así a creer que el pensamiento individual es la “verdad” (primero pienso, luego existo decía Descartes), está en crisis.

El MTG se sustenta en el Miedo, por lo que es impositivo y coercitivo, que lleva a ser dirigido por el Mando y el Control, donde la figura del Gerente o Jefe “Capataz” es su ícono. Este modelo fue muy exitoso en períodos de relativa estabilidad, pocos cambios y baja incertidumbre, y donde predominaba el trabajo manual. Dada la alta estabilidad, es un modelo enfocado en lo técnico y no en lo adaptativo, fija estándares máximos, no da espacio para el error, y por ende, menos a la innovación y creatividad. El trabajo de cada persona se ve de manera separada y no integrada un todo.

F. Taylor lo desarrolló muy bien y de manera científica, generando la llamada “Organización Científica del Trabajo”, entre los años 1978 y 1903. En Latinoamérica, la figura de este Jefe o Gerente Capataz, quedó bien ilustrada en la serie “El Señor de la Querencia” de TVN, donde los peones lo único que tenían que hacer, era cumplir con sus tareas individuales y cumplir los estándares determinados para ella, supervisados por un capataz autoritario, y muchas veces, tirano, sin tener opción alguna a dar sus opiniones.

Sin embargo, si bien este modelo fue bastante exitoso hasta hace unos 30 años, el mundo dejó de vivir en escenarios de estabilidad, y por el contrario, son tan grandes y rápidos los cambios en los que vivimos, que ahora la consigna es la incertidumbre, y ante estos escenarios, el TGM ya no está siendo ni útil, ni práctico, ni productivo. El modelo está en crisis, y al igual que en la política, se requiere de un cambio.

Por otra parte, si antes el trabajo manual significaba un 90%, hoy tan solo representa un 20%. El tipo de trabajo que hoy predomina es el del conocimiento. Esto ha hecho que muchas veces los subalternos tengan mayor expertise que sus jefes, y que la tarea de un trabajador ya no solo sea individual, sino que hoy es la suma de: su tarea específica + las actividades de coordinación con otros + el aprendizaje continuo.

Dado lo anterior, un Nuevo Modelo de Gestión (NMG), a diferencia del MTG que tiene su foco en lo técnico, debería tener foco en lo adaptativo y en el aprendizaje continuo, debería estar sustentado en la Confianza y no en el Miedo. Debe ser un modelo que no fija estándares máximos, sino mínimos, dando espacio a legitimisar el error como vía de aprendizaje, innovación, creatividad y adaptación, y otra gran diferencia con el TGM, es que hoy se requiere integrar y no dividir.

Ante esta nueva realidad, los jefes se han transformado en el mayor obstáculo de desarrollo para los empleados, por lo tanto la visión del Jefe Capaz debería desaparecer, para dar paso a un nuevo tipo de jefe o gerente; uno capaz de generar los espacios emocionales adecuados para el desarrollo de las ideas, uno capaz de relacionarse de manera horizontal, independiente de los cargos, en definitiva, se requiere de un gerente que sea un agente conversacional: un agente de intervención que, usando el poder de sus conversaciones, sea capaz de disolver obstáculos y conducir a sus equipos y a las organizaciones, por la senda que les permitirá resolver los nuevos desafíos.

Un NMG ha se sustentarse en el tipo de relaciones que existen al interior de las organizaciones y en los equipos de trabajo, en destinar tiempo a potenciar las fortalezas de las personas, y en generar los ambientes emocionales adecuados para desarrollar conectividad, aprendizaje y autogestión.

Y así como “El Señor de la Querencia” simboliza al MTG, empresas como Google donde se da libertad de acción a los empleados, es el tipo de organizaciones que ya abandonaron hace rato al MTG.


Y sí, entiendo que Chile no es Silicom Valley, pero, ¿por qué no podemos aspirar a ello?