Frases

“No se cambian las cosas combatiendo la realidad actual. Para cambiar algo, es necesario crear un nuevo modelo, uno distinto que haga que el actual modelo quede obsoleto".

Richard Buckminster Fuller

martes, 7 de octubre de 2008

Acompañando a Gonzalo


El domingo leí en la Revista “El Sábado” de El Mercurio, la entrevista que se le hizo a Gonzalo de la Carrera, papá de Trinidad de la Carrera, una de las niñas que falleció en el accidente de Putre. Es una entrevista muy conmovedora, con mucha emocionalidad y por sobretodo, con una demostración de paz interior ejemplar.

Lo que más me conmovió y dejo reflexionando de la entrevista, es una parte donde Gonzalo de la Carrera cuenta que cuando se enteró de la noticia del accidente, donde había 9 niñas fallecidas, tomó de la mano a su hijo Gonzalo (con quien estaba en N.Y. disfrutando del US Open) y dijo: “Dios mío, te ruego que sea la Trini, porque yo puedo resistir este dolor, pero no creo que otro papá pueda...”

Esta frase potente, llena de contenido, me llevó a tener una mini discusión con mi mujer, pues ella encontró macabra la manera de pensar del papá, y no entendía cómo un hombre podría desear la muerte de su hija. Yo, por mi parte, creo que fue un acto de generosidad máxima, y muy por el contrario, no creo que Gonzalo haya deseado la muerte de Trini, sino que deseaba que otros padres no sufrieran este eterno dolor.

Dicen que la muerte de un hijo es de cierta manera, la muerte de los padres, y para quienes somos católicos o cristianos, dar la vida por los demás, es la mayor muestra de amor que una persona puede hacer por el prójimo. Y siento que esto fue lo que hizo Gonzalo de la Carrera, dar su vida por los otros padres, demostrando un gran ejemplo de Fé y de Amor a Dios y por el prójimo.

Ahora, ¿qué lleva a un hombre como Gonzalo de la Carrera a actuar y pensar así?
Humildemente, creo que él es una persona que ha logrado autogestionarse y liderarse, logrando entender la existencia humana más allá de la vida terrenal, poniendo su enfoque en el bien común por sobre el bien personal, teniendo como base para esto, una Gran FE en Dios.

Sé que muchos no compartirán conmigo esta opinión, pero, sin conocer a Gonzalo, quiero manifestarle mi agradecimiento por esta muestra de amor y ejemplo de Fé, que al menos a mí, me ha hecho pensar y motivar a un más por encontrar mi liderazgo personal, en busca de poder servir a los demás.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

El dolor más grande que puede sufrir un ser humano es la muerte de un hijo. Me ha tocado vivirlo de cerca, no directamente, pero he sido testigo de aquello.
No creo que Gonzalo haya deseado la muerte de su hija ni mucho menos, pero si ese fue su pensamiento es una actitud valiente, aunque inentendible para mi.
Para mi, liderar no solo tiene que ver con los otros, tiene que ver con NOSOTROS... Yo + los otros = nosotros.
Lo que quiero decir es que yo soy parte del todo y debo preocuparme también de mis valores y de mi escencia. No basta con mirar puro a los otros, entender donde están, sus valores, sus emociones... si no nos hacemos parte de "ese grupo" estamos siendo tan egoístas como si solo nos preocuparamos del yo.
Un abrazo,
Pato.

Anónimo dijo...

Ciértamente este es un tema muy dificil de tocar y que normal e instintivamente esquivamos.
Soy padre por primera vez y sufro con pensar que a mi hijita de 2 años le pueda pasar algo... Pero me acompaña una convicción muy profunda que me da paz, mecanismo de defensa diría algún psicoanalista, y es que nada termina aquí, sino que existe trascendencia en nuestra propia inmanencia. No está en nuestras manos el modificar ciertas desgracias que pueden ocurrir y que ocurren como acaba de mencionar quien inició este blog, pero sí está en nuestras manos darle sentido al momento que nos toca vivir, hacer feliz a quienes están alrededor, comenzando por nuestra familia. Siempre nos preguntamos ante la partida de un ser querido ¿por qué se fué? yo me preguntaría ¿por qué sigo aquí? Buscando incansablemente una respuesta le puedo sacar el jugo a la vida, al descubrir que tengo una misión o un sentido para vivir.
Me sumo a Séneca cuando dice: "a vivir se ha de aprender toda la vida, como toda la vida se ha de aprender a morir" (De brevitate vitae, VII)
Andrés.

Carmen Ortúzar dijo...

Lo mismo me sucedió a mí con ese reportaje y específica frase aludida. Que fuerte pero que profunda reflexión. Es consecuencia de un hombre de fe. Grandioso. El amor ha sobrepasado el dolor. Es fácil decirlo pero no vivirlo realmente. Le enviamos todo nuestro apoyo a Gonzalo, un ejemplo de vida.
Lo que sí es cierto, que la vida, como él dice, ya no es lo mismo.
Cuántas cosas pudimos hacer o decir (o no hacer ni decir), que no aportan a la felicidad del ser querido. Me quedo con esta parte de la reflexión como lección de vida.
Un abrazo grande,
Mamá

Anónimo dijo...

Estimados:

Con mucho respeto les hago saber mi opinión respecto de lo que les inquieta.

Cada persona reacciona de distintas maneras en momentos tan impensados y duros. Miles de imágenes e ideas se suceden en la cabeza y muchas sensaciones se dan en el corazón, todo lo anterior en fracciones de segundos. En consecuencia creo que mi reacción responde más a una respuesta del corazón que a un respuesta de la razón. En fracciones de mili segundos es dificil ponerse en miles de situaciones distintas o alternativas.

En efecto, cuando recibí el mensaje de texto que decía que 9 niñitas ya habían muerto, sin saber quienes eran, en ese mismo instante, con el mansaje de texto en mi mano sentí en mi corazón que yo podía soportar ese dolor, y verbalice que le ofrecía a Dios a mi hija para poder evitarle esa cruz a un papá que pudiera no tener la fé o la fortaleza para lo que viene.

Creo que quise decirle a Dios, Señor acepto tu voluntad!

Nadie quiere que un hijo muera, es más, yo quiero a mi hija viva, y la amaré siempre, echo mucho demenos su sonrisa, su olor, su textura, su personalidad , su manera tan natural de hacernos feliz, echo demenos todo su ser.

También señalo en la misma entrevista que si hubiere podido escoger un día antes que esto no ocurriera, habría optado por quedarme con mi hija. Los caminos de Dios y lo que ocurre en el corazón de cada cuál son un misterio. Solo les puedo decir que amo a mi hija y lloro a cada rato, que amo a mi familia y que espero en Dios que me permita volver a re encontrarme con ella cuándo el decida llamarme a su lado,....si fuere merecedor de irme al reino de los cielos.

Ocurridos los hechos yo sólo puedo decir que tanto como siento que no merecía que esto nos pasará, también siento que no merecía tener a la hija que tuve y que Gracias a Dios la disfruté intensamente.

Mi reacción no tiene que ver con liderar, ni con valentía , ni con generosidad, solo se explica como una reacción espontánea que me brotó del corazón.

He aprendido algo muy importante en este diálogo y cito a Andrés: "a vivir se ha de aprender toda la vida, como toda la vida se ha de aprender a morir"

Yo creo que recién estoy comenzando a aprender esta última parte. Me encantó la reflexión.

Muchas Gracias por acopañarme en este dolor. Esto humaniza y le da sentido a la partida de las 9 niñitas que vivirán en nosotros mientras no las olvidemos.


Cariños

Gonzalo de la Carrera

Rodrigo Silva Ortúzar dijo...

Estimado Gonzalo,

Gracias por tus palabras, y lo más importante de todo, es que espero que podamos aprender de estas situaciones y sobretodo, aprender a vivir y a morir.
Un abrazo,

Rodrigo.

Anónimo dijo...

Estimados Rodrigo,

Gracias por abrir las puertas de tu ser interior y compartir con los demás.

También leí la entrevista completa a Gonzalo, y como también soy una persona de FE en Dios, creo que debemos aceptar su voluntad....Los que creemos sabemos que estamos de paso, la vida es para aprender, amar y seguir el ejemplo de Dios. Cada uno vive y experimenta estos pasos de distinta forma, pero en nuestro corazón como dice Gonzalo están siempre las respuestas a todo, la razón nos ayuda a desenvolvernos en el diario vivir, pero la vida misma es el sentimiento que llevamos en nuestras almas y ésta siempre nos dice que es lo que debemos hacer, cuando sabemos escucharla podemos entender muchas cosas que con la razón no podemos descifrar....

A Gonzalo, le deseo infinita Paz, su hija está con Dios, y ella siempre estará viva dentro de su corazón, no esta aquí, sino en otro lugar, plena y feliz, así me paso con mi Padre cuando falleció hace algunos años y aunque lo necesito muchas veces para que me dé un consejo o me guíe, siempre siento que él de alguna manera me acompaña. También sé desde el dia en que se fue, que está feliz y eso me reconforta enormemente.

Gracias a todos quiénes comparten sus sentimientos y pensamientos, y si hablamos de liderazgo, el mayor Líder que ha existido es Jesús, y no sólo por sus milagros, sino porque siempre supo entregar palabras correctas, mensajes que en su tiempo no eran entendidos, pero si hoy los lees encontrarás al máximo Líder que jamás haya existido.

Un Abrazo a todos quienes comparten este blog, en especial a mi amigo Rodrigo.

Con Cariño,

Paula Silva

Anónimo dijo...

Le envío mucha fuerza a Gonzalo, y agradezco a Yoyo por el artículo... ...me hizo reflexionar.

Saludos,

Marcela

Ignacio Fernández Reyes dijo...

En estremecido silencio, agradezco la honestidad y humildad de Gonzalo. Aunque estés lejos de querer demostrar algo Gonzalo, tu respuesta espontánea me devela tu alma y me hace pensar en el camino de la espiritualidad como el de la evolución de lo humano. Para los que trabajamos buscando metodologías de expansión de lo humano, tu proceso se llama gestión de ti mismo e innovación personal, y un dolor límite como el que has vivido lo refleja.

Gracias Rodrigo por tu sensibilidad y por crear este espacio para hablar desde nuestra completitud.

Anónimo dijo...

Hola, no conozco ni a Gonzalo, ni a Rodrigo, pero sí recuerdo el reportarje. Desde mi humilde opinión, cuesta entender la postura de Gonzalo, pero a la vez, como dice otra persona en uno de los comentarios, creo que demuestra estar como a un nivel superior... ...supongo que eso es a lo que mencionan que pasa cuando alguien tiene a Dios en el corazón. Esto, me ha hecho replantear mi relación con Dios...

Marcelo.