Frases

“No se cambian las cosas combatiendo la realidad actual. Para cambiar algo, es necesario crear un nuevo modelo, uno distinto que haga que el actual modelo quede obsoleto".

Richard Buckminster Fuller

miércoles, 11 de septiembre de 2024

La Selección Chilena: De Bielsa a Gareca, ¿Qué Cambió?

En abril del 2010, escribí sobre el artículo "Ontología de la selección chilena de fútbol", un concepto
que trasciende lo táctico y técnico para adentrarse en los aspectos más profundos del ser: el lenguaje, las emociones y el cuerpo del equipo.

En aquel entonces, bajo la dirección de Marcelo Bielsa, observábamos cómo se transformaba la mentalidad de un equipo históricamente resignado al fracaso, y como uno, como hincha y fanático de la selección, tambíen sufría.

Aunque se lograron avances significativos en el lenguaje y las emociones,  el "cuerpo" de la selección aún no consolidaba una identidad ganadora, sin embargo, con el transcurso de los años, y de la maho de otros técnicos, como Sampaoli y Lasarte, la selección llegó a transformarse en la llama, "Generación Dorada"

Hoy, con la situación crítica que atraviesa el equipo bajo Ricardo Gareca, es necesario volver a reflexionar sobre esa ontología, esa forma de Ser de la selección chilena que parecía estar en proceso de cambio y desarrollo positivo, actualmente, y desde ya hace varios años, va en una constante caída.

El legado de Bielsa: Transformación del ser

Bielsa no solo impuso una disciplina táctica, sino que cambió el discurso de la selección. Donde antes había un lenguaje derrotista, se instaló un lenguaje de posibilidad, de valentía. Los jugadores comenzaron a hablar de ganar en cualquier cancha, algo impensable años antes. La emoción también se transformó: el miedo dio paso a la esperanza. Sin embargo, en 2010 escribí que aún faltaba consolidar un "cuerpo" fuerte y resistente, un equipo que pudiera sostener esas nuevas emociones y lenguaje con hechos tangibles en el campo de juego.

La era Gareca: Un retorno a viejos fantasmas

Hoy, tras la dolorosa derrota ante Bolivia, el discurso parece haber retrocedido. El lenguaje actual está lleno de confusión y desesperación, con jugadores que parecen no entender su propio rol dentro de la cancha. La crítica de Johnny Herrera calificando al equipo como "zombies" resuena en la profundidad ontológica que discutíamos en 2010. El "cuerpo" de la selección, que parecía estar en formación bajo Bielsa, ahora se muestra disperso, sin cohesión. ¿Qué pasó en este trayecto? ¿Por qué la transformación iniciada por Bielsa no se consolidó?

Gareca, un técnico con vasta experiencia y un estilo calmado, parece no haber logrado impactar emocionalmente ni lingüísticamente al equipo de la misma manera que Bielsa. Si en la era de Bielsa veíamos jugadores emocionados por un nuevo horizonte, ahora vemos desconcierto. La ontología del equipo se ha fragmentado.

Lenguaje, Emoción y Cuerpo: Un análisis comparativo

Podemos hacer un paralelo entre ambas eras desde una perspectiva ontológica. Bielsa construyó un lenguaje de empoderamiento, que reflejaba una confianza renovada en los jugadores. En contraste, Gareca enfrenta un equipo que parece haber olvidado ese lenguaje de autoconfianza, cayendo nuevamente en el discurso de la inseguridad, y no existe un cuerpo de equipo sólido.

La emoción, uno de los componentes fundamentales en la ontología de un equipo, también se ha visto afectada. Mientras que bajo Bielsa la emoción predominante era la ambición y el deseo de competir de igual a igual con potencias mundiales, hoy predomina una sensación de desorientación y resignación.

El cuerpo, que debería ser el reflejo físico de esa emoción, luce incapaz de responder, como si la selección volviera a la condición de equipo débil.

¿Qué le espera a la selección?

La selección chilena atraviesa una crisis profunda. Aunque Bielsa logró encender la chispa de un cambio ontológico, es decir, un cambio de SER, esa transformación no ha sido sostenida. Hoy, bajo Gareca, el equipo parece haber retrocedido en su comunicación, lenguaje común, y creerse el cuento, En términos emocionales, se ve frágil, miedosa, sin un espíritu ganador ni de equipo, y corporalmente hablando, están volviendo a caer en los viejos patrones de comportamiento que tantos años les costó dejar atrás.

La pregunta que nos queda es si es posible retomar ese proceso de transformación. La solución no vendrá únicamente desde lo táctico, sino desde una reestructuración profunda del ser de la selección chilena. Solo cuando el lenguaje vuelva a ser de ambición, la emoción de seguridad, y el cuerpo de cohesión y fuerza, el equipo podrá recuperar su verdadera esencia.

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