Hace algunos años, por ahí por el 2012, trabajé en un programa de Liderazgo y Coaching con una organización de premios de azar, donde el gerente de la época me contó que dadas las estadísticas, el 90% de la gente que se gana el “Gran Premio”, vuelve a su situación financiera y económica inicial, e incluso en el 30% de esos casos, quedan peor.
Esta conversación salió a raíz que en varios momentos de los talleres de liderazgo, yo mencionaba que la pobreza no se resuelve de forma técnica, sino adaptativa, es decir, que el dinero no es suficiente para arreglar los problemas, sino que se requiera algo más, mucho más; se requiere del un trabajo adaptativo; cambiar hábitos, conductas, comportamientos y lo más importante, las creencias, el “mindset”.
Entonces, así como por ejemplo la gente de escasos recursos, que habiendo ganando la Lotería, a la larga, el dinero obtenido no les había permitido solucionar sus problemas, y terminan en el mismo estado de escasez de un inicio, pues no supieron adaptarse a su nueva realidad, algo similar ocurre en el contexto del ahorro y las inversiones.
A ver, me explico. En una sociedad como la chilena en lo particular, y la hispanoamericana en general, donde la mentalidad de ahorro e inversión no es la general, más aún donde las condiciones políticas y económicas no facilitan estos hábitos, quienes ahorran e invierten son más bien la excepción, no la regla.
Afortunadamente, hace ya un tiempo, y potenciado por el período de encierro dada la pandemia y la alta inflación a nivel mundial, las personas comenzaron a querer interiorizarse de estos temas: ahorro, inversión y finanzas personales.
Aparecieron muchos influencers relacionados a estos temas, algunos muy buenos, y otros con grandes dotes comunicacionales pero sin mucha formación formal, y lamentablemente, también han aparecido muchos estafadores “vende humos” que ofrecían (y aun ofrecen) hacerse rico rápidamente.
Esto último es muestra de lo que mencionaba inicialmente, que aprender a ahorrar e invertir, no se resuelve meramente de forma técnica: cursos, lecturas, podcats, seguir influencers, etc., sino que junto con todo aquello, con un trabajo profundamente adaptativo.
Las soluciones técnicas a un problema adaptativo, son como querer solucionar con aspirina, un dolor de cabeza causado por un tumor al cerebro. La aspirina calmará por un momento el dolor, pero no sanar al tumor.
¿A qué me refiero con Desafío Adaptativo?
Un Desafío Adaptativo es una situación en la cual la gama o repertorio de alternativas conocidas y habituales que se utilizan para dar solución a los problemas que aparecen, no dan las respuestas requeridas, ni satisfacen las necesidades de cambio. Es entrar en un escenario de incertidumbre, donde la persona por sí sola, no es capaz de determinar ni indicar el camino preciso a seguir. Lo paradójico es que, de todas maneras, es la persona con el problema quien ha de responsabilizarse de solucionarlo. Y esto requiere de mucho coraje, valentía y apertura al aprendizaje y experimentación, pues en lo más profundo del ser de cada persona, desafiarte adaptativamente implica incluso, desafiar todo el paradigma de creencias que lo o la han hecho comportarse como se ha comportado toda la vida, lo que produce un desequilibrio y evasión interna del trabajo o de las tareas que se requieren llevar a cabo.
En simple, si he sido una persona que jamás ha ahorrado ni menos invertido, pretender querer comenzar a hacerlo de un día para otro, es una ilusión. Tendré que cambiar toda mi forma de pensar en relación a mis hábitos de gastos y endeudamiento, a mi visión del dinero, a mi creencia respecto de “dado quien soy, yo no puedo ni ahorrar, ni invertir”, en algunos casos, incluso cambiar creencias tales como que ahorrar e invertir es vivir una vida aburrida.
Entonces, ¿qué hacer y cómo poder abordarlo?
Es irresponsable decir que solo existe una única forma de hacerlo, por lo que aquí propondré es una alternativa que invita a abordar el desafío adaptativo de una forma distinta a la forma tradicional de solucionar las situaciones.
Ronald Heifetz |
5 principios estratégicos:
1. Subirse al Balcón: Implica hacer una pausa para reflexionar, analizar y tomar conciencia de la situación actual en la que se está, teniendo como objetivo identificar los hechos concretos (deuda actual, ahorro actual, gastos fijos y variables, gastos hormigas, capacidad de ahorro, inversiones actuales, etc.), distinguir los comportamientos y conductas personales relacionadas con las finanzas, aclarar, en la medida de lo posible y del conocimiento actual, el tipo de inversiones en las me sería coherente invertir. También identificar posibles “aliados” que pudiesen ayudar a abordar la situación, y al mismo tiempo, identificar a quienes influyen negativamente.
2. Pensar Estratégicamente: Implica en primer lugar, aprender a hacerse preguntas tales como,
a) ¿Qué es lo que quiero?
b) ¿Por qué lo quiero?
c) ¿Para qué lo quiero?
d) ¿Quién elijo Ser en esta situación?
e) Al tomar esa elección de Ser, ¿qué oportunidades podrían emerger?
En segundo lugar, implica pedir ayuda a quienes distinguimos que podrían ayudarnos: pareja, pariente, amigo, un asesor, etc, planteándoles su situación actual y lo que desean que ocurra.
En tercer lugar, aprender a asumir pérdidas, es decir, aceptar que será necesario alejarse de quienes identificamos que son o podrían ser una traba hacia nuestro objetivo (colegas, amigos, parientes, etc.).
Finalmente, teniendo claro los tres primeros puntos, diseñar un plan de acción simple.
3. Gestionar el Conflicto: Abordar desafíos adaptativos genera conflictos internos, por lo que aprender a gestionarlos y modularlos es vital, ya que:
i. Lleva a las personas a Salir de su Zona de Confort, por lo tanto, será claro poder tener claridad de las emociones, los estados emocionales y la tensión que este desafío conllevan.
ii. Es particularmente clave en esta etapa tener conciencia de hasta donde tensionarse a uno mismo, de modo que el proceso de adaptación se lleve a cabo de forma virtuosa y no tortuosa. Para esto, si es necesario, es aconsejable volver a subirse al balcón de vez en cuando.
iii. Al ser un espacio de aprendizaje, evaluar dónde poder aprender del tema, ya sea haciendo la búsqueda personalmente, o por medio de posibles consejos o sugerencia que otras personas podrían brindarle.
iv. Tener un confidente que acompañe, más que de forma técnica, lo haga de manera emocional.
4. Devolver la Tarea: Implica aprender a priorizar tareas y actividades, a aprender a delegar aquellas actividades que no están en línea con nuestro objetivo, y aprender a poner foco y ejecutar aquellas que sí nos encaminan hacia nuestro objetivo.
5. Mantenerse Quieto: Este principio en este contexto, tiene 2 aproximaciones:
i. La primera tiene que ver con aprender a sostener los nuevos hábitos, conductas y comportamientos, aprendiendo al mismo tiempo, a mantener la tensión y la incomodidad que generaran estos cambios.
ii. Y la segunda, tiene que ver con aprender a dejar que los asuntos maduren tomando conciencia de las posibles emociones que esto provoca. Es una forma más sutil y profunda de subirse al balcón, pues requiere ir concientizándose poco a poco y paso a paso del cambio en la forma de ser que nos va dirigiendo hacia esa oportunidad que inferimos puede emerger.
En resumen, las personas en el contexto de las finanzas personales, principalmente el ahorro y la inversión, de forma natural, buscarán por medio de soluciones técnicas (cursos, libros, podcats, consejos de finanzas personales), dar respuestas rápidas a problemas que requieren aprendizajes más profundos que los aprendizajes técnicos, como los son los cambios de hábitos, de conductas y creencias, que se producen de forma más lenta y pausada.
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