Tener un sentido en la vida, nos genera un propósito, transformándose éste, en nuestro motor, nuestra motivación y nuestra guía. El sentido se siente, es con uno mismo, con los otros, se vive, se elige, elimina el “sin sentido”, y lo más importante, es acción.
No puedo dejar de pensar en el sentido de propósito que tendrían cada uno de los 33 mineros atrapados en la mina San José, y más importante aun, ¿cómo habrán llegado a encontrar y determinar un Sentido de Propósito Común que los movilizara a no decaer y motivarse hasta que los encontraran.
Bajo mi prisma, existe una estrecha y directa relación entre Sentido y Liderazgo, entendiendo que Liderazgo es la actividad de movilizar a las personas en escenarios de incertidumbre, donde romper el Status Quo de la organización es fundamental, y cuestionar los hábitos, actitudes y valores de las personas, es la esencia del trabajo Adaptativo. Además, es una actividad riesgosa, que involucra pérdidas, no solo económicas, sino que muchas veces emocionales, sentimentales y, en el peor de los casos, se puede llegar a perder la vida (Martin Luther King es un ejemplo).
Luego, si el Liderazgo una actividad tan riesgosa y que involucra ir “contra la corriente”, ¿por qué hay personas dispuestas a ejercerlo? Es aquí donde hago la conexión con el concepto de Sentido. Una persona está dispuesta a ejercer liderazgo y correr con todos los riesgos y dificultades que éste conlleva, por tener un Propósito: un Sentido de Propósito.
Como dice Victor Frankl en su libro “Un hombre en busca de sentido”: “no hay nada en el mundo que capacite tanto a una persona para sobreponerse a las dificultades externas y a las limitaciones internas, como la conciencia de tener una tarea en la vida".
Sin un propósito concreto, nada tiene sentido. Como el sentido es con uno mismo y con los demás, éste a su vez genera un compromiso entre quien ejerce liderazgo y las personas que se ven involucradas con el propósito, lo que construye un sentido de propósito común entre las partes.
De este modo, nuestros propósitos nos comprometen y conectan con otras personas. Juntos le otorgan un sentido al desafío adaptativo. Solo con un sentido de propósito concreto y común a todos, las personas comienzan a aceptar las pérdidas y los cambios que se requieren para romper paradigmas, juicios y supuestos, y desarrollar el trabajo adaptativo. No se lidera por ego personal, sino por uno mismo y para los otros, en post de un bien común mucho mejor para todos.
Así, quienes ejercieron liderazgo entre los 33 mineros, enfrentaron un desafío adaptativo proveniente de un escenario de incertidumbre, donde las soluciones no eran del todo conocidas, sin embargo, estuvieron dispuestos a hacerlo y correr el riesgo, teniendo un Sentido de Propósito claro y poderoso, y que luego les permitió transmitirlo y gestionarlo, transformándolo en un Sentido de Propósito Común para todos los mineros atrapados.
Y esto no tiene que ver con un cargo de autoridad formal o de tener “don de mando”, pues aunque se tenga lo anterior, de nada sirve si en casos de crisis y de incertidumbre, no se cuenta con un sentido de propósito, que sea el verdadero motor para auto-gestionarse y auto-liderarse, siendo capaz de transmitir esto mismo a los demás.
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