Frases

“No se cambian las cosas combatiendo la realidad actual. Para cambiar algo, es necesario crear un nuevo modelo, uno distinto que haga que el actual modelo quede obsoleto".

Richard Buckminster Fuller

martes, 18 de agosto de 2009

Modernización del Estado Chileno: Un Gran Desafío Adaptativo

En los últimos años, y particularmente en los últimos meses, he venido escuchando, leyendo y conversando mucho respecto de la modernización del estado chileno. Se habla de generar nuevas leyes, normas, y/o dictámenes, de impregnar recursos económicos, tecnología, y hasta de privatizar ciertas entidades o empresas públicas. Y, por otra parte, algunos señalan que la modernización pasa por el cambio de las personas y funcionarios públicos que trabajan y desempeñan sus labores en este sector.

A ver, vamos por parte. Primero, es sumamente fácil pensar y querer dar soluciones por medio de nuevas leyes, normas o dictámenes que sirvan para poner en marcha la modernización. Estás medidas, al igual que la incorporación de nuevos recursos y tecnología, si bien son necesarias, representan solamente soluciones técnicas a un problema que es de índole Adaptativo.

Segundo, efectivamente, son las personas que trabajan en el aparato público quienes deben cambiar para adaptarse a la nueva realidad. Es decir, no se obtendrá nada por medio de leyes o tecnología, si la gente no cambia sus hábitos, conductas y hasta sus valores, para aprender y adaptarse a la nueva situación, lo cual representa un profundo Desafío Adaptativo para el país, y para el sector público en particular.

¿A qué me refiero con Desafío Adaptativo? Un Desafío Adaptativo es una situación en la cual la gama o repertorio de alternativas conocidas y habituales que se utilizan para dar solución a los problemas que aparecen, no dan las respuestas requeridas, ni satisfacen las necesidades de cambio. Es entrar en un escenario de incertidumbre, donde la autoridad de turno por sí sola, no puede indicar el camino preciso a seguir. Muy por el contrario, cuando se está frente a un Desafío Adaptativo, se requiere que todos los miembros del sistema (Estado en este caso) se hagan parte del problema y responsables de la solución. Y esto requiere de mucho aprendizaje y experimentación, lo que produce desequilibrio y evasión del trabajo o de las tareas por parte de las personas.

Como se puede ir intuyendo, esto no es una misión fácil, pues lamentablemente, el ser humano tiende a preservar el Status Quo, ya que los cambios traen consigo muchas veces, no solo pérdidas económicas, sino también pérdidas emocionales, y nadie cambia sus hábitos, costumbres, actitudes, y valores de una día para otro, ya sea con el dictamen de una ley, o por inyectarle mayores recursos o tecnología al sistema.

Luego, a esta tarea o misión que tiene el Estado, de pasar del punto donde se encuentra con el Desafío Adaptativo que implica la Modernización del Sector Público, al nuevo equilibrio esperado, es decir, un Estado Moderno, la llamaremos “Trabajo Adaptativo”.

Así, el Trabajo Adaptativo es el proceso por el cual deben pasar las personas del sistema (el Estado) en su viaje de adaptación hacia la meta esperada: un Estado Moderno y acorde a los nuevos tiempos. Este proceso requiere de un Aprendizaje de Transformación Organizacional, pero por sobretodo, de Aprendizaje de Transformación Personal por parte de todos los miembros del sistema, pues implica romper los paradigmas establecidos. Esto último hace que el papel y rol de las personas dentro del Estado, juegue un papel primordial y preponderante, pues si ellas no cambian, no hay ley, tecnología, ni recursos extras que lleven a una real modernización.

Finalmente, para que el desafío Adaptativo que implica la modernización del Estado se lleve a cabo, se requiere de Liderazgo, no solo de Autoridad. Y por Liderazgo me refiero a la actividad de “movilizar a las personas en escenarios de incertidumbre para que enfrenten problemas difíciles, donde las respuestas no son conocidas, y por lo tanto todos son parte del problema y responsable de encontrar una solución”. Para problemas conocidos, se requiere de una Autoridad que diga lo que hay que hacer. Para problemas y soluciones que no son conocidas, se requiere de personas dispuestas a ejercer a Liderazgo, y que se “atrevan” a correr el “peligro” que implica ejercerlo, pues para movilizar a las personas, más que dar respuestas, implica hacer preguntas, impregnar cierta tensión, sentido de urgencia, y "devolverles la tarea".

Obviamente, se esperaría que las autoridades de turno tuviesen la capacidad de ejercer liderazgo y así, movilizar a las personas, por medio de un liderazgo consciente y co-construido con otros. Esto quiere decir, apuntar a una co-operación con los demás, o sea, ir en conjunto tras un sentido de propósito común que movilice a todo el sistema estatal. Sólo cuando se logre que todos acepten los problemas actuales y que se visualicen los desafíos futuros, quienes lideren el cambio, podrán ir comprometiendo a los integrantes del Estado en la necesidad de trabajar y construir juntos una solución.

En conclusión, podemos decir que para que haya una efectiva Modernización del Estado, más que llenar al sistema público con leyes, recursos o tecnología (soluciones técnicas), se requiere que:

a) La Autoridad genere un sentido de propósito común a todo el aparato público; que logre motivar a la gente a aceptar las pérdidas emocionales que los cambios y la adaptación conllevan.

b) Las personas/funcionarios del Estado estén dispuestas a adaptarse.

c) De autoridades y de personas sin autoridad formal, dispuestas a ejercer Liderazgo, logrando ejecutar el trabajo Adaptativo, por medio del aprendizaje y movilizando a sus miembros hacia la dirección esperada: un Estado moderno, eficaz, solvente y agente permanente de cambio.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen análisis!

MJ

Zarela dijo...

Una ardua tarea, pero no imposible de realizar, ante todo, lo primero que hay que tener en cuenta además de todo lo que planteas, es conseguir la cantidad suficiente de adherentes para esta causa, muchos pensamientos en la misma dirección hacen que la montaña se mueva. Seré una de las primeras. Saludos

Osvaldovier dijo...

Que interesante.

Juan M. Vergara dijo...

Muy bueno da para varias conversaciones, hay muchos y grandes desafíos uno de ellos el del liderazgo transformacional, otro el de recuperar el sentido del trabajo publico (servicio publico) en este mundo de individualismo, también esta el tema de la valoración social y económica del trabajo publico, etc, etc, las relaciones y gestion de las demandas de los stakeholders, los temas gremiales, ......, podria hablar mucho deestos temas, nos veremos haciendo los cambios estimado amigo

Daniel Morales dijo...

Interesante columna. Me surgen inquietudes: la adaptación es un proceso a través del cual un ser vivo, en este caso el humano, busca acoplarse a los desafíos que le presenta el medioambiente; o también es proceso por medio del cual el ser vivo adquiere nuevas pautas conductuales requeridas para la supervivencia, etc. En fin, hay muchas definiciones, cada una con distintas variables pero todas apuntan a lo conductual. Sin embargo, en cada una de esas formas de entender el concepto de adaptación hay una constante: la noción de supervivencia, lo que hace de la adaptación una necesidad.

La pregunta entonces es ¿existe esa necesidad de adaptación para el caso del funcionario público?

La respuesta es compleja, pero a mi modo de entender es, en general, no ¿la razón? si no se adapta sobrevive igual. Ante ese escenario, no hay liderazgo que valga. El liderazgo por sí solo no sirve de nada, por lo tanto el problema no es solo de liderazgo, es una cuestión sistémica. Liderazgo, calidad de los recursos, estructura formal e informal, reglas del juego, etc. y más etc.

En mi columna de la semana pasada apuntaba que para la modernización es fundamental centrar el asunto en el átomo del Estado, el Funcionario Público y particularmente en las reglas que regulan su actuar. Esto en ningún caso desconoce que hay un sinnúmero de otros factores que se deben estudiar e implementar para lograr la modernización, entre ellos, por supuesto está el liderazgo.

Antonio Ibarra dijo...

Teóricamente suena lindo el planteamiento que señalas Rodrigo, pero hay un tema, que creo, es más profundo aún que en tu columna no tocaste. El funcionario público,-el administrativo y el auxiliar (el 90% de los empleados públicos)-, esta inmerso en un sistema de trabajo muy complejo, donde las “jefaturas” son las encargadas de armar y organizar los programas de trabajo y las tareas a las cuales se tienen que abocar. Estas jefaturas, establecidas en un sistema piramidal y jerarquico, manifiestan ciertamente que no existe una sola cabeza a cargo, lo que trae consigo una multiplicidad de ordenes y contraordenes que son las que se deben atacar poque finalmente son las que provocan un colapso en el desempeño de las funciones. Ok., este no es el tema principal al cual me quiero referir, pero es importante abordarlo. Ahora, a lo que voy es a que, si queremos un Estado Moderno (al que si creo que vamos encaminados) primero debemos regular temas fundamentales como lo son las relaciones contractuales de los mismo funcionarios públicos con el Estado, porque no deja de ser importante el tema de las “contratas”, de los interinos, de los suplentes, de los que trabajan a honorarios, que finalmente son el 60% de la planta y que manifiestan un serio problema de continuidad de trabajo y de desprotección para estas mismas personas. (Sabías tu que existen personas trabajando como contratas en el sistema público hace 20 años y que mañana si a alguien le da por no renovarle su contrato se va sin indemnización y sin más que el frio recuerdo de su escritorio y su computador?) Rodrigo, si, es cierta tu crónica, pero para lograr esto primero se tiene que normar temas básicos como la seguridad y estabilidad de la función pública administrativa. Por experiencia propia te digo que el funcionario publico medio, trabaja bien, cumple a la perfección su función de subordinación y orden, y sobre todo, esta relativamente bien evaluado (salvo el poder judicial, el cual tampoco tiene que ver con sus funcionarios sino con los Jueces, las cabezas de esto). Digo esto, porque no es posible que el Estado se jacte de ser garante en la regulación del sistema privado si no es capaz de normar primero a quienes trabajan para el. Hay un tema a solucionar antes de poder implementar una cambio tan radical como el que tu señalas.