"Ser libres para pensar te expone a las quejas de los poderosos, y los poderosos, los que tienen poder político, económico, religioso o el que sea, no hay que ser muy avispados para enterarse, casi siempre encuentran la manera de deshacerse de las piedras que les molestan en el zapato."
Con estas palabras, escritas por Francisco Mouat para la revista Sábado, comenzó su primera conferencia de prensa como ex presidente de la ANFP, Harold Mayne-Nicholls.
Son palabras llenas de verdad, que confirman que ejercer liderazgo (movilizar a las personas y organizaciones en escenarios de incertidumbre para que enfrenten problemas díficiles y rompan el Status Quo) es un tarea sumamente difícil, pues implica ir contra la corriente y correr los riesgos que esto conlleva. A algunos como Martin Luther King les costó la vida, a Mayne-Nicholls, salir de la presidencia de la ANFP.
Tengo un gran sentimiento de rabia e impotencia al escribir este artículo, pues soy parte de la gran mayoría que estaba contento y feliz con la labor de Mayne-Nicholls, y que deseaba que permaneciera como presidente de la ANFP. Son notables los cambios y logros que consiguió para el futbol chileno y en particular para la selección. Se atrevió a desafiar supuestos y paradigmas, levantar la infraestructura para el fútbol, traer un DT de renombre mundial, y conseguir utilidades nunca antes vista para la ANFP.
Y, a juicio personal, creo que a Mayne-Nicholls se le olvidó algo fundamental que todo aquel que se ha atrevido a ejercer liderazgo, ha de hacer: "Subirse al Balcón".
Hace más de un año, en este mismo medio, había escrito el artículo "Subirse al Balcón", donde indicaba la gran herramienta que este ejercicio es para todo aquel que está en una posición de autoridad o de liderazgo.
Y, ¿Qué es Subirse al Balcón?
Es comprender que el modo cómo hacemos las cosas, no es el único posible. Es mirar más allá del metro cuadrado en el que nos desempeñamos. Es lograr ver que detrás de las pautas, normas y procedimientos se sostienen ciertos supuestos, valores, hábitos y actitudes, comprendiendo entonces que las normas pueden ser inadecuadas, o incluso pueden ocultar un problema. Es mirar más allá y no focalizar la atención solamente en el propio accionar. Por ejemplo, si un gerente está tan concentrado en su responsabilidad de dirigir a su gente para que enfrenten los cambios que estima necesario para la organización, y no ve que con su actitud, por ejemplo, lleva a generar fuerzas opositoras que tarde o temprano le podrían pasar la cuenta.c"Desde el balcón", es como ver "the picture", obteniendo datos relevantes.
Imagen una pista de baila; "desde el balcón" podríamos ver por ejemplo, que la gente no está bailando porque la música no es la adecuada, podríamos ver quienes bailan y quienes no, si falta algo para comer, para tomar, quienes se han ido y quienes han llegado, si hay gente molesta, etc. Desdel el balcón obtenemos información muy importante para nuestra toma de decisiones.
Y esto es lo que yo estimo que le faltó a Harold Mayne-Nicholls: No vió venir el malestar que sentían los dirigentes de algunos clubes con su gestión (no vamos a evaluar quien esta bien o mal, ese no es el fin de este artículo), y si lo vió, no le dio la importancia suficiente, de lo contrario, se hubiese encargado de generar las acciones adecuadas para crear alianzas al interior del círculo de dirigentes, formando aliados capaces de movilizar en conjunto a las facciones opositoras. A Mayne-Nicholls se le olvidó hacer esa pega fundamental para poder ejercer liderazgo de manera estratégica.
Pero la reacción vino muy tarde, y hoy todos quienes estábamos felices y profundamente entusiasmados con el trabajo efectuado por Mayne-Nicholls, debemos sufrir las consecuencias de volver a tener en la presidencia del fútbol chileno a dirigentes egoístas y envidiosos, que más que querer potenciar al fútbol, quieren velar por sus propios intereses.
Muchos dirán que estos dirigentes han puesto plata de sus bolsillos para sacar a los clubes adelantes, y es cierto, pero el fútbol no funciona como un negocio tradicional, pues el peso del hincha, el consumidor final, tiene un gran poder negociador.
Harold, amigo, el hincha está contigo, y para una próxima oportunidad, no olvides "Subirte al Balcón".
2 comentarios:
Mmmm, para pensar el punto.
Marce.
espero los jugadoderes no olviden lo aprendido durante este período
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