Cuando personas como Pedro Carcuro llaman
"Coach" a los DT de los equipos de futbol, le hacen un flaco favor a
los Coaches Deportivos, pues un DT en esencia, no es un Coach, sino, tal como
su cargo lo indica, es un Técnico. Ahora, si pudieran tener distinciones y
competencias de Coaching, sería fantástico... ....lamentablemente no es así.
Por ejemplo, un DT le diría al jugador que patea
los penales, "pégale así o asá a la pelota, dispara al centro, corre
rápido, espera que el arquero se tire, etc", puras ordenes o indicaciones
técnicas, o le haría preguntas cerradas tales cómo, ¿estás mirando al arquero,
por qué no estás mirando al arquero, te sientes seguro, estás nervioso, quieres
hacerlo?
Un Coach Deportivo en cambio, le haría preguntas
que lo llevasen a reflexionar, hacerse consciente, a poner atención y en
observarse y observar el entorno, tales como: ¿A qué distancia se encuentra el
arquero de ti, cómo sueles sentirte antes de patear un penal, en qué parte de
tu cuerpo sientes eso, dónde sueles poner el foco, en la meta, la pelota o el
arquero?
Y en el fondo, no es culpa de Carcuro, pues
tratando de verse sofisticado frente a la audiencia televisa, utiliza el
término ampliamente usado en EEUU, cuando se refieren al encargado de dirigir
al equipo, pero en el fondo, son entrenadores, no Coaches; son un “coach”, no
un “Coach”.
Robert Dilts, en su libro “Coaching: herramientas
para el cambio”, deja esta distinción muy clara, refiriéndose al “coaching”
como un ejercicio o práctica de entrenamiento, y al “Coaching”, como una
práctica o ejercicio de llevar al “coachedado” a un lugar de atención y
conciencia distinto, donde la persona se hace responsable y no dependiente.
Dado lo anterior,
sería ideal que los DT del fútbol chileno, y los entrenadores de cada
disciplina deportiva del país, tuviesen la capacidad, competencias,
distinciones, habilidades, y conocimientos de no solo ser un “coach”, sino un “Coach”.
Hay una anécdota fantástica en la NBA de EEUU. En
1994, en las semifinales de la Conferencia Este de la NBA, los Chicago Bulls
perdieron ante los New York Nicks en sus dos primeros partidos. Los Bulls
querían demostrar que eran mucho más que un equipo con una
gran estrella y que podían ganar sin Michael Jordan, que se había
retirado a finales de la temporada anterior.
En el tercer partido, cuando quedaban menos de dos segundos para el final, iban empatados a 102, los Bulls tenían el balón y aprovecharon un descanso para planificar el último lanzamiento. El entrenador (“coach”), Phil Jackson, ordenó a Scottie Pippen, estrella del equipo tras la retirada de Jordan, que pasara el balón a Toni Kukoc para que éste realizara el último lanzamiento. Cuando el partido estaba a punto de finalizar, Jackson vio a Pippen sentado en el extremo opuesto del banquillo. Jackson le preguntó si entraba o salía. “Salgo”, dijo Pippen, disgustado por no ser él quien iba a efectuar el último lanzamiento. Sin embargo, con sólo cuatro jugadores en la cancha, Jackson pidió rápidamente otro descanso y sustituyó a Pippen por Pete Myers, un reserva que realizaba pases excelentes. Myers efectuó un pase perfecto a Kukoc, que giró sobre sí mismo y encestó un lanzamiento milagroso con el que ganaron el partido.
Entonces, los Bulls volvieron a los vestuarios algo
decepcionados por el acto de insubordinación de Pippen.
Jackson recuerda que, cuando entró, todos estaban
en silencio y no sabía qué hacer: ¿debía castigar a Pippen?, ¿pedirle
que se disculpara?, ¿fingir que aquello nunca había ocurrido? Todas las miradas
estaban fijas en él. Jackson miró a los ojos a cada uno de los jugadores
y dijo: “Lo que ha ocurrido nos ha hecho daño. Ahora deben resolverlo”.
Jackson sabía que,
si tomaba medidas para resolver esa crisis, convertiría el comportamiento de
Pippen en una cuestión entre entrenador y jugador. Sin embargo,
comprendió que, en el fondo, el incidente ponía de relieve un problema
más profundo: ¿qué
eran los Chicago Bulls sin Michael Jordan? No se trataba de quién iba a
sustituir a Jordan, porque nadie iba a hacerlo; se trataba de si los jugadores
podían cohesionarse en un equipo en el que nadie dominara y todos
estuvieran dispuestos a hacer lo que fuera para ayudar. Era un problema
de los jugadores, no suyo, y sólo ellos podían resolverlo. No importaba lo que
decidieran en ese momento, lo que importaba era que fueran ellos y no
Jackson quienes tomaran la decisión. A continuación, hubo una discusión
liderada por un acalorado Bill Cartwright, uno de los veteranos del equipo.
Jackson estaba convencido de que esa discusión unió más al equipo.
Para mí, el Coaching es un espacio de
aprendizaje que lleva a la persona o a un equipo, a desarrollar la
concentración, la atención y la observación, por medio de preguntas y/o
acciones que promueven eso.
Ojalá en el deporte chileno tengamos más
“Coaches” y no solo “coaches”.
1 comentario:
Me interesa mucho la nota del coaching y mucho mas me atrajo el articulo ya que juega al basket en Chile. Muchas veces suelo entrenar bien temprano y por eso cuando me despierto pido algun plato al delivery las condes para tener mi comida lista a mi regreso
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