Frases

“No se cambian las cosas combatiendo la realidad actual. Para cambiar algo, es necesario crear un nuevo modelo, uno distinto que haga que el actual modelo quede obsoleto".

Richard Buckminster Fuller

domingo, 3 de febrero de 2013

Un gran abrazo querido amigo Raúl

El jueves 24 de enero, mientras nos devolvíamos de la jornada de trabajo con la Fundación Puente por medio de ICF-Chile, mi amiga Illary Quinteros me cuenta del estado de salud en que se encontraba Raúl Herrera, contándome que ya estaba en la clínica Las Condes, probablemente, en sus últimos días...

...no sé porque, pero en ese instante guardé un silencio personal innecesario, creo, y me cubrí con una gran angustia y amargura, sobretodo, porque al día siguiente me iba de vacaciones fuera de Chile...   ...y sospechaba que a la vuelta ya no estaría.

Al llegar ayer sábado a Santiago y revisar mi celular, emails, whatsapps, facebook y twitter, el mayor contenido en todos ellos, eran los avisos de amigos avisándome que Raúl había fallecido el lunes 29.

Mi historia con Raúl es bien reciente y breve en realidad, y no por eso, menos importante. Muy por el contrario, Raúl ha sido para mí, un gran maestro, y quienes me conocen, saben que no soy de "maestros". Fueron casi 3 años de conversaciones, reflexiones y arendizajes; yo era una verdadera esponsa.

Me sentí sumamente honrado cuando en septiembre del 2010, Raúl por Facebook, me envía un mensaje y me indica que le gustaría conocerme, por lo que me invita a que nos encontremos a tomarnos un café. Recibir ese mensaje fue una sorpresa maravillosa; ¡qué un "master" del coaching quisiera conocerme, fue un verdadero regalo de la vida, y ese primer encuentro, vaya que lo sí lo fue!
Luego de varias coordinaciones para coincidir la fecha, hora, y lugar, nos reunimos el miércoles 29 de septiembre en el Starbucks de la calle Callao, el cual posteriormente, se convertiría en nuestro lugar de encuentro.

Estuvimos casi tres horas, donde conversamos de nuestras historias personales, de qué lo habia motivado a él a conocerme y qué me había motivado a mí aceptar su invitación, del Coaching, de Newfield, de las personas y la organizaciones, del Budismo, de Brahma Kumaris, de la Kabbalah, de Carmen Cordero, la importancia de la meditación, de los caballos, de los Juicios y las Expectativas, en fin, de la vida misma. Al finalizar ese primer encuentro, le pregunto, "Raúl, ¿qué hizo que quisieras conocerme?" Su respuesta fue breve y profunda: "Tú tienes mucho que decir..."

Si bien nos reunimos varias veces, esa primera vez fue fantástica, pues me hizo sentir único, y de cierta forma, no sé si Raúl lo compartiría o no, pues nunca salió el tema a colación, para mí fue una relación silenciosa, como yo mismo soy. Y con silenciosa no me refiero a que no habláramos, todo lo contrario, más bien mi sentido apunta a que era nuestra y por ende, generaba un espacio sagrado y cómplice. De hecho, es primera vez que cuento esto abiertamente, solo un par de personas en común, sabían de estas conversaciones entre él y yo.

Raúl, para mí, era un tipo que pudiendo dárselas de Gurú, a mi juicio lo que menos tenía él, era de Gurú. Muy por el contrario, era un tipo generoso, respetuoso, amante sí de la impecabilidad y de la eficiencia, íntegro e integral, y daba un valor especial a las experiencias. Recuerdo que siempre me decía que los mensajes, a igual que los consejos, no tienen ningún sentido, y es más, suelen hacer más mal que bien, y que lo que realmente tiene sentido, son las experiencias personales. Nunca más me he olvidado de eso, del valor de las experiencias personales.

Raúl solía desafiarme, y el primer desafío que me impuso, a partir de una de las conversaciones que tuvimos en ese primer encuentro, fue hablar sobre la Incoherencia de los Coaches, quedando ambos en claro, que mucho de lo que yo pudiese escribir ahí, hablaría mucho de mí mismo, y a la vez, muchos podrían sentirse agredidos por mis palabras, a lo cual él me manifestó que estuviese tranquilo, pues quien se sintiese así, sería más problema de esa persona, y un golpe a su ego, por lo que podría ser una bonita oportunidad de aprendizaje. Y así lo hice, publiqué en este mismo blog, "La Incoherencia de los Coaches", artículo "amado y odiado", y creo que uno de los más comentados en el blog y en mi muro de Facebook, y me llené de emails agresivos hacia mi persona, pero bueno, nada que Raúl y yo no hubiésemos visionado.

Es rara la sensación que siento hoy, imagino que es por la pérdida y el hecho de no haber estado en tu ceremonia de partida, lo que me lleva a la tristeza, y también por otra parte, me aparece la alegría de ver cuánta gente te quería, admiraba, y seguía, Raúl. 

Raúl, muchas gracias por lo que compartiste conmigo y por tus enseñanzas. Por esa hermosa distinción que muy humildemente me contaste que aprendiste de Carmen Codero, que las Emociones se producen en la relaciones. Gracias por intentar conseguirme la beca para ir al retiro de la Kabbalah en EEUU, por tu amor por la vida y por sobretodo, por tu SER estar/siendo. 

Sé que no te gustan los mensajes, y de todos modos, si bien no me dejaste ninguno explícitamente, tú has sido un mensaje en sí mismo para mí, y una inspiración de lo importante que es amar el presente.

Un gran abrazo querido amigo!!!

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