Hoy en la mañana, tuve una grata y magnifica conversación con Caroline Ward, coach australiana y una consagrada en el desarrollo del Liderazgo Femenino en el mundo, y para fortuna mía, una gran y querida amiga.
Conversamos respecto de lo femenino, lo masculino, lo patriarcal, lo matriarcal, el liderazgo, el coraje para llevar a cabo los cambios desafiantes en las organizaciones, y sobre las relaciones en pareja,
De todos los temas mencionados, si bien todos se encuentran relacionados de una u otra manera, me gustaría poner foco en el de las relaciones en pareja.
Para poner un poco de contexto, con Caroline hablábamos respecto lo complejo que es para una pareja, cuando alguno de ellos innova en sí mismo, se empodera de su Ser, y al comenzar al llenarse de sí mismo, encuentra una libertad más allá de la libertad "técnica", por decirlo de alguna manera, sino que me refiero a esa libertad del alma, cuando el ser humano es capaz de liberarse del juicio ajeno, de las expectativas que otros tienen de él o ella, y del paradigma mental en el que se desenvuelve, para dar paso a la creación de un nuevo espacio, uno más libre y más liviano.
La complejidad, en este sentido, ocurre cuando se produce esta "brecha mental-espiritual" entre ambos; uno de ellos sigue en el paradigma anterior, y el otro comienza a salir de éste. Quien sigue en él, entre las cosas más comunes que sulen ocurrir, es el miedo a perder a la pareja, alimentado por el apego y ego. Cuando el otro, el "empoderado", toma noción que la felicidad, la paz, y la alegría interior son una meta y tarea personal, la pareja comienza a sufrir cuando se da cuenta que el otro ya no depende de él o ella para ser feliz, cuando ya no la necesita para llenar los vacíos emocionales y espirituales.
Caroline me comentaba que aparecen dos fenómenos:
Uno, que cuando es el hombre quien sigue en el paradigma antiguo, tema manifestar su sensación de incomodidad e incertidumbre frente a este nueva persona que comienza a ser su pareja. Esa falta de comunicación, alimenta aun más la brecha y,
Dos, cuando es la mujer la que permanece, comienza a manipular emocionalmente al hombre, consiguiendo con eso, aumentar aun más la brecha.
Frente a esta nueva posibilidad de libertad que el "empoderado(a)" le ofrece a su pareja, éste(a) últim@ queda descolocago, pues no le cuadra que su pareja ya no la necesite para ser feliz, sin darse cuenta de lo liberador que dicho regalo trae; si ya es complicado ser feliz consigo mismo, ¿por qué tenemos que cargar con la responsabilidad de hacer felices a otros?
¿No serían la relaciones más sanas, más gratas, más amadas, cordiales, amenas, etc, si ambos se empoderaran y compartieran sus vidas sin esperar cambiar al otro, sin la necesidad de tener que necesitar y ser nececitado emocional y espiritualmente por el otro?
¿Cuáles son los miedos que cada uno de nosotros llevamos que nos alejan de querer ser nosotros mismos? ¿Qué juzgamos qué podemos perder si tomo el camino y viaje del desarrollo interior? ¿Qué aprecias hoy de ti, que te podría ayudar a tomar dicho viaje? ¿Cómo evalúas la relación con tu pareja hoy? ¿Cómo evalúas la relación para contigo mism@? ¿Seguirás esperando que otros te hagan feliz y te digan lo que necesitas para hacerlo, o buscar dentro de ti las respuestas a tales preguntas?
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