La noche del fatídico 11 de septiembre del 2001, cuando las torres gemelas fueron destruidas, las personas en Estados Unidos, y principalmente las de Nueva York, comenzaron a conversar por primera vez en años. Se reunían en Central Park a platicar y reflexionar sobre lo recién acontecido, comenzaron a tener una mira retrospectiva de sus vidas, y lo más importante, en conjunto comenzaron a tomar conciencia de quienes realmente eran. Todo esto, posible gracias a las conversaciones que comenzaron a aparecer y desarrollarse. Los Newyorkinos se vieron en el otro, y juntos comenzaron a transformarse en otros. Con la "paralización" de las actividades y el consumo, la gente se encontró con algo que no solían tener: tiempo, y el tiempo los llevó a tener las conversaciones más fascinantes de sus vidas.
Lamentablemente (si así se podría decir), a las pocas semanas, Bush les "ordena" volver a consumir: "America, estamos listo para volver a nuestras vidas, ya pueden volver a consumir", perdiendo con eso, la gran oportunidad de seguir conversando, tomándole otro sentido a sus vidas.
La palabra "Conversar" viene del latín que significa "cambiar o transformarse juntos". Cuando realmente conversamos, estamos transformándonos junto con el otro. Nos estamos regalando el don de poder observar desde los ojos del otro.
Conversar no es hablar, no es tan solo dar una opinión u oír un comentario. Conversar es igual a las suma de: (hablar + interpretar) + Escuchar (Oír + interpretar) + Observar (Mirar + Interpretar) + Corporalidad + Emoción + Espiritualidad. En definitiva, poner todo mi Ser y atención hacia el otro. Es entregarse a una danza de frases y miradas, de emociones y tactos, de abarcar con la mirada y entregarse con el escuchar, logrando que quienes conversan, se vayan transformando en otros.
Un ejemplo muy cercano. El viernes pasado, durante nuestra visita a Peralillo, tuve la oportunidad de conversar con una persona que lo perdió todo. Yo la escuché y observé con toda atención, y ella me escuchó y observó con toda atención. Al finalizar, cuando ya debíamos ir a otro sector, yo le agradecí por su coraje y confianza, y ella me agradeció por no haberla mirado con lástima, sino con dignidad. En palabras de ella: "al hablar con usted, me siento mejor persona". A lo cual le respondí, "y yo, al hablar con usted, me siento tocado por una hada".
Fueron tan solo 7 ó 10 minutos, pero que de una u otra manera, me transformaron y la transformaron a ella.
El terremoto ha producido muchísimo daño y sufrimiento, y al mismo tiempo, a generado la oportunidad que aparezcan miles y miles de nuevas conversaciones... ...solo espero que a nosotros los chilenos no nos pasé lo de los "gringos", quienes perdieron la oportunidad de conversar y se han cerrado bajo un espacio emocional de miedo terrible, que los lleva a querer tener todo bajo control; control que a la larga los tiene a ellos controlados y no al revés.
En Chile tenemos la gran oportunidad de cambiar el estado emocional del país, y así, pasar del Miedo, que nos lleva a querer controlar y predecir todo, a un espacio emocional de Gratitud, que nos lleva a la confianza, la suficiencia y al agradecimiento. La Gratitud nos predispone a la Presencia - Presente, a 2estar", a ser un "regalo" para los otros.
El terremoto junto con destruir casas y edificios, nos está invitando a un destruir nuestros antiguos paradigmas, y junto con reconstruir vivencias y hospitales, nos invita a reconstruir nuestras almas y espíritus. ¡Esta "crisis" es un lindo desafío evolutivo!
5 comentarios:
Extraordinario y hermoso.
Precioso el desafío!!!
Marce.
La memoria de este país es frágil... ...pasarán los meses, y nadie se acordará de los perjudicados por el terremoto.
Así es este país. ¿Realmente crees que se pueda producir el cambio de mentalidad que implícitamente señalas?
Yo sí creo que podemos cambiar el país, con convicción, persistencia y certeza. Si nos concentramos en las personas negativas y los problemas, no habrá cambio. Si nos concentramos en la energía positiva y la orientamos al cambio social (desde el cambio personal), sin dudas que habrá logros. Para eso se requiere personas con la convicción de Rodrigo.
Como dice la creación del mundo, desde el Principio, la palabra creó el mundo. No sólo nos transforma. Nos crea. Al hacer distinciones en el lenguaje y conectarnos con otros, la energía interior puede crear eso que ha sido dicho. I AM es el verbo creador.
Don Ignacio,
Aun seguimos siendo dominados por la Razón... ...entiendo la visión de Rodrigo y la suya (también leo su blog), pero las encuentro demasiado utópicas... ...de ahí que no crea en el cambio.
Don "anónimo",
Por gente con la visión suya, es que los cambios cuesta tanto producirlos.
Afortunadamente, personas como Rodrigo, como Ignacio Fernández, y muchos más, no se ven desalientados por discursos como el suyo... ...me parece que a usted le falta tener "conversaciones" en vez de solo intercambio de palabras.
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