Leí una columna que una amiga envió por Facebook, donde recibió varios comentarios. Entre ellos, uno que hacía mención a las expectativas que las personas tienen. El solo hecho de leer esa palabra me gatillo querer escribir este artículo.
Las personas suelen llenarse de expectativas en todo índole de cosas y situaciones: Expectativas Económicas, Expectativas Profesionales, Expectativas Amorosas, Expectativas Laborales, Expectativas Familiares, etc. Las expectativas suelen ser personales, es decir, cada persona las genera por sí mismo y para sí mismo, con el fin de obtener cierto de resultado (obviamente, también existen expectativas grupales).
El problema con las expectativas, aparece cuando éstas no se cumplen o los resultados obtenidos no las satisfacen. Al no cumplirse, las personas comienzan a frustrarse, a quejare, y con ello a sufrir.
Se quejan, pues dado que las expectativas no son formuladas en conjunto con alguien más, no existe ni alternativa, ni a quien reclamarle, lo que a la larga, lleva al Resentimiento.
Para ejemplificar esto, algunos casos:
a) Un latino, que por su cuenta, viaja a EEUU en busca de un mejor bienestar económico, dado que en su país no ve mayores oportunidades, se llena de expectativas de lo que podría lograr conseguir. Si al pasar del tiempo su situación no es la que esperaba, comienza la frustración y el sufrimiento. Y comienza con las quejas… …y, ¿con quién se va a quejar, con Obama? Nadie le prometió algo en específico.
b) Un padre que tiene la expectativa que su hijo sea médico, y resulta que él hijo, finalmente estudia teatro. El padre se frustra y sufre y…. … ¿se va a quejar con el hijo por hacer lo que él realmente quería hacer con su vida, y que nunca le prometió estudiar medicina?
c) Macarena tenía la expectativa que su marido le regalase un anillo de diamantes, y cuándo él le regaló tan solo uno de oro, se frustró, se quejó con él, siendo que él nunca le prometió un anillo de brillantes, ni ella se lo había pedido formalmente.
Como podernos ver, las expectativas nos llevan a sufrir “gratuitamente”. Ahora, ¿cómo encontramos una salida a las trampas de las expectativas? Con Esperanza.
La Esperanza nos lleva a coordinar acciones con otros y por medio de conversaciones, podemos determinar qué esperar realmente, y por medio de Pedidos y Ofertas, vamos generando Promesas, y así, ante el incumplimiento de una promesa, tendremos el legítimo derecho a reclamar.
La maravilla de la Esperanza, a diferencia de la Expectativas, es que tendremos en mente que lo que esperamos pueda que no ocurra, por lo tanto ante un incumplimiento, en vez de frustración, se nos genera Aceptación. Y la Aceptación nos lleva a la Paz, a la Tranquilidad.
Para ejemplificar esto, tomemos los casos anteriores pero desde el punto de vista de la Esperanza:
a) El mismo latino conversa con un familiar que ya hizo el viaje y tiene un tiempo viviendo en EEUU. El familiar le cuenta su historia y la de otros que han pasado por lo mismo: historias buenas y malas, lo que permite a nuestro personaje generar un esperanza de lo que podría pasar: si le va bien, excelente, y si le va mal, acepta y no hay resentimiento.
b) El padre habla con su hijo, quien le indica que su sueño es ser actor. El padre, acepta los deseos de su hijo y queda en paz. A lo mejor no le gusta su decisión, pero la respeta. Esto último, impide que surja el resentimiento y la frustración.
c) Macarena le pide a su marido que le regale un anillo de brillantes. Su marido le indica que no está en condiciones de pagar uno así, pero que podría regalarle uno de oro para su cumpleaños. Con esto, el marido le ha hecho una promesa a Macarena. Ella ya sabrá que esperar, y si luego, por esas cosas de la vida el marido finalmente el regala un anillo de brillantes, el mayor regalo será la gran sorpresa.
¿Cuántas peleas matrimoniales se podrían evitar, cuántos males entendidos laborales ahorrarse, cuántas quejas de clientes disminuirían, entre otras muchas situaciones, si las personas tomaran consciencia de esta distinción?
Este tema no es menor, pues puede causar muchas complicaciones. Las empresas y quienes prestan servicios, deberían tener muy en cuenta esto, y al hablar con sus clientes, dejar lo más claro posible los resultados que sus clientes podrían esperar. Es decir, deben quedar muy en claro las condiciones de satisfacción.
Y lo mismo en los dominios familiares, laborales y de amistad.
3 comentarios:
interesante tema, al parecer sería mejor trabajar con esperanzas que con metas o expectativas.
En estos dias en que las fustraciones estan a la orden del día sólo nos queda la esperanza.
Agustín, gracias por tu comentario.
Mira, no es que con Esperanza no se pueda tener metas. La diferencia radica en tu capacidad de generar promesas. Si alguien te promete algo, tienes todo el derecho a reclamar. Si nadie te promete nada, solo puedes quejarte.
Por ejemplo, un jefe le pone a su vendedor la meta de vender 1000, sin hablarlo con él, tan solo porque tiene la expectativa que él podría hacerlo. Luego, si el vendedor no llega a la meta, tefrustrar y te quejas.
Por el contrario, si el jefe y vendedor en conjunto acuerdan una meta de 1000, y luego no se cumple, le puedes reclamar legítimamente, pues se generó una promesa.
Lo bueno de las promesas, es que pueden repactarse los compromisos.
Es diferente tener esperanza de algo o hacia algo, y tener expectativa de cumplimiento de una promesa! En este caso ya no se hablaria solo de esperanza, sino tambien de expetativa! Las expectativas imliplican un caracter activo del sujeto dentro de un determinado contexto!, en cambio la esperanza solo se la espera, sin trabajar para conseguir lo que se quiere.
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